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Perdido bajo la Sombras de Oscuras Miradas
En un largo transcurso de un sueño, me llevó a estar inconsciente por varias horas, haciéndome perdido bajo la sombra de oscuras miradas, mi razón no ha dado cuenta alguna de las cosas que me han ocurrido. Mis ojos se atormentaban al ver que estaba resguardado en un oscuro callejón sin salida, del cual mis lamentos agudizaban en prolongado dolor de profundo llanto de un alma vacía.
Por momentos me hallaba interrogándome de esta manera diciéndome: - ¿Qué estoy haciendo en este lugar? ¿qué fue lo que me sucedió? ¿Cómo puedo escapar de esta inmensa oscuridad? -
De pronto escuche una voz suave y apacible del cual yo no hallaba destino, diciéndome: - Vuelve; y haz lo que te he mandado. -
Cuando escuché eso rápidamente dirigí mi mirada en dirección de donde creía que provenía esa voz y mientras hice eso pregunté: - ¿Quién eres? ¿Y qué cosa me has mandado a hacer? .-
Fue entonces que, al no hallar respuesta, me detuve paralizado por un momento a intentar recordar cosas, pero mi mente se hallaba nula y obsoleta en sus pensamientos; solo invadían por mi mente el recuerdo de las muchas preguntas que me hice, pero fuera de eso no había ningún recuerdo que diera pistas de mi origen. De pronto vi que mis ojos comenzaron a ver a lo lejos a mi parecer; algo brillante como si fuera el resplandor minucioso de una estrella, al dejar fijamente mi vista en esa dirección, vi que ese pequeño resplandor aumentaba gradualmente cada segundo, haciendo que la oscuridad que me asolaba en tinieblas se apartase lentamente de mí, dando claridad a lo que yo mismo era, pudiendo así ver con mis propios ojos mis manos y pies.
Habiendo mantenido mi mirada fija en ello, observé que mis ojos no lograban soportar la intensidad de esa luz que provenía del horizonte, es por eso por lo que puse mi mano derecha en parte; para cubrirme, pero fui arrasado por el fuerte impacto que provocó nuevamente en mí la pérdida de mí visión, sentí un intenso calor en mi pecho que se trasmino por completo por todo mi cuerpo, como si fuera a consumirme para ser destruido en cuerpo y espíritu.
Al ser consumido por el fuerte impacto de aquella luz, todavía podía sentir que me hablaba a mí mismo, como si todavía existiese, y en la hora en que mis ojos fueron abiertos detenidamente, las puertas de mi entendimiento se hallaban cubiertas de razón. De pronto al aclararse mi visión descubrí que me hallaba sentado en la parte trasera de un auto, vestido de una túnica blanca; delante de mí había un sujeto cuya vestimenta lo hacía demasiado elegante; cuyo aspecto era de un adulto, esté sujeto del cual habló no me observo al momento en que me desperté porque estaba intentando hacer algo mientras manejaba con un aparato que al parecer era una radio.
Sentía una sensación extraña de dolor al dar pequeños movimientos con mi mano, y mientras la miraba con detenimiento; mis ojos por momentos denotaban enfocarse con claridad y por otros momentos no. Al dejar de lado el observar de mi mano; fui investido por un fuerte reflejo que cayó sobre mis ojos, ese reflejo provenía del lado izquierdo que con claridad denote que era la ventanilla del auto; al ver lo que se hallaba fuera de este auto, descubrí que estábamos atrapado en murallas de grandes árboles sobre un camino de tierra sin fin, al sentirme invadido de la condición en la que estaba, comencé a alarmarme por no saber qué hacer, ni qué decir, ya que sentía un nudo en mi garganta que me impedía el expresarme en palabras.
Fue cuando de repente me invadió un estupor de pensamientos, que me llevó a pensar repetidas veces: - ¿Este sujeto quién es? ¿A dónde me lleva? - ¿Porque estamos en un camino de desérticos bosques? - ¿Sera que me secuestro? - ¿Será que él quiere matarme? .-
Por un instante llegue a la conclusión de abrir la puerta y aventarme al vacío, no había otra manera de escaparme que no fuera esta. Al momento en que abrí la puerta lentamente y me avente temerosamente al vacío de ese desértico camino; había caído por encima de pequeñas rocas que cubrían el camino de tierra el cual íbamos, fue entonces esto; lo que me provocó grandes heridas en algunas partes de mi cuerpo, sin contar mi rostro, ya que con rapidez al caer; pude cubrirme con mis brazos.
Era consciente de que no me quedaba mucho tiempo para ocultarme de este sujeto, es por eso por lo que al intentar levantarme rápidamente; todavía podía sentir que en mis brazos y pies estaban aún debilitados y que los síntomas de mareo y náuseas aún continuaban, esto me imposibilitaba con rapidez hacer todo lo que pensaba, ya que a poco estar sentía que mi cuerpo aún estaba adormecido en el intento de cobrar su equilibrio.
Desconcertado del rumbo que debía de tomar, vi a mi alrededor la inmensidad de árboles que amurallaban mis ojos, provocando en mi un repentino agobio en mi visión, el sol en su reflejo causaba ardor a mis ojos; causando que rápidamente me escondiera de él cubriéndome con mi brazo derecho, los síntomas de mareo y náuseas continuaban ofuscándome, haciéndome únicamente pensar continuas veces de que esté sujeto, tenía intenciones mortíferas hacia mí.
De a poco que comenzaba a recobrar todos mis sentidos, me daba seguridad en mí mismo para afrontar cualquier situación dentro del bosque. Introduciéndome por los apilados árboles, buscaba de alguna manera refugio alguno, para que este sujeto en sus intentos perdiera rastro completo de mí y me hallara libre de preocupación; pero ocurrió algo inesperado, me halle ante la dificultad de que cada vez el lugar se hallaba con poco iluminar, ambientado en completa frialdad, a poco lograba ver con claridad lo que se hallaba por detrás de cada uno de aquellos árboles que estaban a mi alrededor.
A poco notar vi delante de mis ojos un tenebroso sendero de profunda e intensa oscuridad. Con temor, emprendí mi rumbo a través de él y comencé a sentir una sensación de suma Aflicción por la soledad que mi alma percibía inconsolablemente.
Tras la ignorancia de mi decisión inconsciente, ahora me hallaba en un lugar que a mi parecer; yacía de ser como el de un laberinto mortuoso, de moribundas almas. Consternado por el tumulto de temores que me oprimían, rápidamente me refugié a espaldas de un árbol cercano a mí, que tenía extensas raíces que formaban una cavidad ideal para esconderme. Por un momento empecé a sentir la humedad que cubría este árbol, haciéndome sentir de alguna manera incómodo en mi espaldar, mientras que el sudor se deslizaba por todas las partes de mi cuerpo a causa de mi nerviosismo, no me animaba a seguir introduciéndome en aquel lugar de moribundas perdiciones.
Fue cuando empecé a escuchar pequeños sonidos, que gradualmente yacían con claridad, de pronto sin saber; escuche un silbido que de a poco causaba presión a mi cabeza, ese ensordeciente sonido provocaba tal presión en mi cabeza; que exclame a gran voz un agonizante grito que me derribo hasta tener mi rostro pegado al suelo, de seguro aquel grito que ocasione, llamó la atención inmediata de aquellas mortíferas criaturas me asediaban en el bosque o de aquel sujeto que ahora mismo de seguro se hallaba buscándome.
Al haber culminado esta presión, descubrí que ya me hallaba escuchando en su suma totalidad. Por un momento escuche una voz diciéndome:
- Oliver. - ¿Dónde estás? – No tengas miedo, solo quiero ayudarte: –
Mientras yo miraba con la cara oculta detrás del árbol, para saber dónde se encontraba ese sujeto, miraba como el se allegaba más y más a mí, haciéndome que no me quedara otra alterativa que comenzar a correr entre los árboles de intensa oscuridad, habiéndome introducido hacia lugares insólitos que mi mente atormentada esquivo, me di cuenta de que mi vida se hallaba en juego de muerte.
Al distanciarme más y más de la luz hacia lugares tenebrosos, me halle envuelto y aprisionado entre las raíces que iban gradualmente aumentando cada vez más en su inmensidad, impidiéndome con facilidad correr con rapidez, provocándome de alguna manera desorientación en la dirección recta que debía de tomar.
De pronto me hallé cercado a cavernas por debajo de las raíces de los árboles, que a poco lograban verse iluminadas, en ese momento al mirar atrás me di cuenta de que me hallaba completamente perdido, y que ya; la mayoría del lugar se había transformado en un laberintico escenario de poca iluminación provenida del sol.
Cuando creí que me hallaba seguro lejos de este sujeto, sentí por un instante algo que se reposó sobre mi hombro derecho, y al ver detenidamente lo que era, observe un insecto que a mi parecer parecía a una araña; ante el pánico que tuve, con mis manos… rápidamente la empuje hacia mi costado, haciendo que ella se golpeara contra un árbol y comencé a correr; mientras corría aun sentía sobre mis hombros sus pisadas, estas mismas causaban en mí un pavoroso escalofrío.
Ante el desagrado de sentir toda clase de síntomas que me confundían, me tiré al suelo con la mirada puesta en él y en pensamiento clamé dentro de mí: - ¿Qué es lo que está ocurriendo? - ¿Dónde Estoy? - sabía que, si me introducía más y más en las sombras del bosque, me encontraba más en peligro que el secuestro de mi perseguidor.
El temor que invadía mis pensamientos me abatía en tantas diferentes conclusiones, que en ese instante deje de lado a ellos y de una manera audaz me levante para retomar otro sendero que me podría llevar a un lugar más seguro, pero cada vez que intentaba escapar de esas profundidades, la muerte se hallaba persiguiéndome por detrás de cada árbol.
Supe desde entonces que al estar tan distanciado del camino por el que vine, que eso sería lo suficiente para que impidiera a este sujeto encontrar rastro de mí, pero a mi parecer no fue así, porque después de pensar en eso, escuché las pisadas de las hojas secas por detrás de los árboles, ese oír perturbador me llevó a tener los pensamientos más temerosos, provocando en mí un gran aceleramiento en mi respirar, pero sabía que tenía que calmarme, y silenciar mi respirar y nerviosismo para no atraerlo más hacia mí. Al intentar calmarme en mi respirar y retroceder lentamente para empezar en algún momento a correr por alguna lejanía de este bosque, vi a lo alto arriba de mi en la cima de los árboles algo que impactaba fuertemente contra las ramas de ellos, haciendo que de lo alto cayeran pocas hojas, y que la tierra temblará disminuidamente a mis pies.
Al paralizarse mis sentidos por verme encubierto en el temor de lo ocurrido, no me quedaba otra opción de correr hacia cualquier dirección deliberadamente, pero al hacerlo sin mirar muy bien, me lleve con la sorpresa de que mi pie se estancó en una pequeña raíz, haciéndome que ella misma me llevara a impactar fuertemente contra el suelo y me dislocara el pie.