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Biografía

 

       Nací un primero de marzo de 1992 en la ciudad de San miguel de Tucumán. Desde el momento en que nací, viví en un  lugar al cual yo creía ser un grandiosa mansión de indescriptibles pertenencias e historias sin fin, cuando visitaba otros lugares nada se igualaba a las cosas que tenía mi abuelo en ese lugar, de ese modo yo siempre tenía mucha intriga desde niño de tocar todas sus cosas .Mi abuelo siempre me retaba por tocar cualquiera de sus amadas reliquias, él sabía que si caían en mis manos yo las destrozaría, todas estas pertenencias tenía un gran valor a los ojos de mi abuelo, como así también un grandioso esfuerzo por todo el conocimiento filosófico e histórico que le abocaba su carrera.

         Comenzare desde el momento en que mi madre me enseñó a caminar, aunque muchos no lo crean todavía lo recuerdo, aquellas manos que me sostenían desde lo alto haciendo que mantuviera equilibrio, a pesar de ser una persona difícil de quedarse quieta, yo con mis inocentes dudas gateaba por toda la mansión de mi abuelo, a pesar de ser un lugar muy peligroso para cualquier niño, ya que poseía una escalera de 50 peldaños que sobresalían de la pared sin estar unidos el uno al otro, lo peor de todo que del lado derecho no tenía nada que impidiera que alguien cayera al vacío, ya que mientras más alto estabas más peligroso se volvía el camino. Recuerdo que cuando mi madre me sostenía entre sus brazos y bajaba por esa escalera, yo cerraba mis ojitos y escondía mi mirada bajo sus largos cabellos, mi abuelo sabía que esa escalera era mi mayor temor, de modo que cuando mi madre me dejaba junto con él, al pasar los años me mencionaba muchas cosas de la vida que no podía comprender, ya tenía 5 años y no me animaba a subir o bajar las escaleras, y en muchas ocasiones mi abuelo me decía que suba, pero yo me rehusaba, recuerdo que el un día me dijo que lo hiciera que no podía estar así siempre, y que tenía que vencer ese miedo, y por eso tome la valentía de hacerlo.

       Recuerdo todavía su voz que me decía al oído, sube sin tener miedo y sostente firmemente de la barandilla izquierda, si no lo haces no estarás seguro al subir, yo siendo niño e intentando cumplir con todo lo pedido, opte por subir, cuando pise el primer escalón mire a mi abuelo que estaba un poco lejos, y tuve más miedo aun de verlo lejos de mí, el a pesar de ser un hombre muy recto y serio me dijo que siguiera por el siguiente escalón, cuando había subido tres escalones mis piernas temblaban y me solté del barandal para mirarlo nuevamente, y al hacerlo me caí fuertemente de las escaleras, hasta caer frente de él llorando de dolor .Mi abuelo se agacho en ese momento y me dijo sin tener pena de mí:

       _Ese es el precio de la vida, te lastimas y sientes dolor, ahora es momento que te levantes con ese dolor y sigas tu camino sin mirar atrás, aférrate lo más fuerte que puedas de esa barandilla, eh intenta pensar que no tienes a nadie a tu espalda, Aprenderás luego a caminar por un mundo que será mucho más peligroso que esta escalera con 50 escalones. A veces es difícil confrontar un mundo en donde muchos se quedan en medio del camino, otros se quedan en su mismo lugar sin avanzar, y otros abandonan sus objetivos por miedo a morir, tu nunca abandones tus objetivos por cualquier mal que te rodee, si te caes tienes que levantarte, no puedes vivir sentado observando el mundo cambiar y tu no.

       Cuando escuché esas palabras que todavía no se borran de mi mente, muchas veces decía como pude recordarlas desde esa edad hasta el día de hoy, que había en esas palabras y en esa escena que viví teniendo 5 años que no se borró para nada de mi mente. Tome valor siendo un niño y quise encerrar mis miedos para poder alcanzar lo que mi abuelo me había mandado, cuando estuve en el quinto escalón mis manos estaban transpiradas de modo que quise limpiarme con la ropa, al hacerlo volví a caerme y a pesar que estaba herido, retome de nuevo los escalones sin dejar de mirar hacia adelante, tampoco le dirigía palabra de queja a mi abuelo, porque mi llanto no le parecía causar sensibilidad en él .Volviendo a subir me aferre de nuevo a la barandilla y subí un poco más rápido que las anteriores veces, cuando mi abuelo me vio que tenía los ojos cerrados, me reprendió diciendo, ábrelos no es necesidad de cerrarlos, con ellos podrás saber cuánto te quedara hasta llegar a tu objetivo, los abrí y cuando lo hice supe que había subido 8 escalones, y cuando me di cuenta ya no eran 8 escalones eran 15 y cuando llegue a los 25 escalones, le grite a mi abuelo por ayuda, porque observe a mi costado lo extremo de la altura que había de donde yo estaba, en ese momento yo me aferre con mis dos manos, y me apoye entre la pared del cual sobresalía la barandilla y comencé a implorarle a mi abuelo, y como él no hacía caso a mis palabras comencé a llorar llamando a mi mama.

       Mi abuelo me hablaba desde lo bajo diciéndome, que no toda la vida estaría con ellos, y que tendría que interactuar yo mismo, porque muchas veces iba a estar solo en la vida, me dijo también que no lo

observara, pero que, si escuchara sus consejos, él me dijo que tomara respiro y me tranquilizara, que pensara en lo que más me gustaría ver allá arriba, que pensara en cómo podría obtenerlo si tan solo lograra llegar al segundo suelo, yo en ese momento lloraba desesperadamente y gritaba por ayuda, y de un modo u otro sentía que mi abuelo no le importaba en nada, que solo me estaba torturando, ya que yo pensaba no le interesaba lo que me pasaría si me cayera desde lo más alto, en ese momento me enoje y le grite de mala forma diciéndome que me bajara de inmediato, pero el sin enojarse conmigo por mi rebeldía me dijo:

       _ ¿No observas que estas en medio del camino? No crees que, si ya has subido 25 escalones, no crees que puedas subir los 25 escalones restantes, estas a un solo paso de llegar a la victoria, para que seas un superhéroe como todo niño desearía serlo ¿No Puedes llegar arriba y decir a lo alto soy un superhéroe?

        A pesar de no entender el cálculo matemático de mi abuelo por ser un niño, lo único que logre comprender fue lo de superhéroe, ya que me fascinaba ver dibujitos y era un niño obsesionado con los Power Ranger, el me prometió en ese momento que si yo llegaría hacia arriba me regalaría muchos dulces y caramelos, eso para mí era otra debilidad que amaba desde niño.

       Cuando me levante y enfoque mi mirada solo arriba, subía silenciosamente dando pasos firmes en mi camino, había llegado supongo a los 40 escalones, no lo sé, pero sí sé que subí unos cuantos.

Cuando observe más a mi costado la altura que había, vi que era mucho peor que la anterior, y en eso si bien recuerdo escuche la voz de mi abuelo decirme:

       _La vida de cualquier ser humano que haya pisado la tierra, ha sido siempre un sendero estrecho y angosto que está a prueba en todo momento, esas pruebas serán siempre para tu beneficio, y te llevaría a tener todo lo que siempre has deseado tener, a pesar que naciste y crecerás con el tiempo, aprenderás muchas cosas que tu mente nunca podrá imaginar, si ya eres fuerte siendo niño en cruzar este obstáculo que te es difícil, cuantos obstáculos más podría pasar teniendo las mismas agallas de un superhéroe, recuerda siempre que ningún superhéroe se ha vuelto poderoso sin primero haber vencido sus miedos, si tú lo quieres ser, véncelos ahora! y llega a tu meta que está a 10 escalones, que te pueden ser los más difíciles de todos, pero que en realidad pueden ser los más beneficiosos para el día de mañana.

       Cuando escuche sus palabras me entusiasme de modo que supe que tenía razón, cuando logre subir y llegar a estar a un escalón de la victoria, me lance rápidamente al segundo suelo para sentirme relajado, y me repose a descansar de todo lo que me había esforzado, me levante y cuando lo hice levante mi puño derecho y dije.

      _Ahora soy un superhéroe, obsérvame abuelo lo logre.

       A pesar de que no lograba hablar bien puede decirles de una manera que apenas se podía entender. Paso un año y mi madre me compro un disfraz de un Power Ranger verde, y era tanta la fascinación que tenía por este disfraz que no quería quitármelo en ningún momento ni menos al momento de bañarme, cuando mi abuelo estaba conmigo yo subía las escaleras y gritaba en el segundo piso, soy un Superhéroe, soy un Power Ranger. 

       Mi abuelo se alegraba de escucharme decir eso, de modo que le asombraba las agallas que tuve para todo lo que me había pedido, el recordaba lo triste que fue para el aprender las cosas si tener el aliento de sus padres porque al parecer no los tuvo.

       Fui creciendo y al tener la edad de 6 años mi abuelo me esperaba siempre por frente de la escuela a la que yo iba, que quedaba justo al frente de la gran mansión de mi abuelo, yo me desesperaba en salir para que el me comprara los caramelos que venía un hombre fuera de la escuela, al comprarme esos caramelos yo y el cruzábamos la calle y yo corría desesperadamente por mi disfraz, mi abuelo siempre hacía que su sirvienta teresa tuviera preparada ensalada de fruta, jamás en todo mi tiempo falto eso en la heladera, es imposible olvidar los momentos que teresa servía la ensalada de fruta en un boul de cristal cuando yo estaba en la cocina

       Cuando fui creciendo no lograba desarrollar muy bien mis conocimientos, me costaba demasiado estudiar, como también poder aprender todo lo que me enseñaban, todo eso se debía a causa de las peleas de mi padre y madre, y de las cosas que a veces observaba al estar con mi padre, mi padre siempre pensó que yo podría ser demasiado tonto a no reconocer que él estaba con otra mujer, él pensaba que yo podría pensar que era tan solo una amiga, pero los amigos no se besaban de la misma forma que la de mi madre era lo que le decía cuando estaba con el lejos de mama.

       No muchas veces estuve con mi padre en la infancia, con los que pasaba la mayoría del tiempo era con mi mama o con mi abuelo. Recuerdo cuando mi madre me llevaba en su moto hasta Catamarca, ella hizo un cinturón que me sostenía si me dormía en el camino, recuerdo también los lugares que visitaba con ella siendo niño, y también recuerdo esa ocasión que me compro un herramientas de juguete, mientras que ella estaba en la peluquería, yo jugaba con ellos, cuando volví le dije a mi papa de los juguetes que tenía, pero a él no le gustaba la idea de que yo tuviera juguetes así, porque decían que era una pérdida de dinero, y que cuando él era niño solo jugaba con latas de picadillo, no entendía en esa edad muy bien muchas cosas que mi padre decía, porque cuando fui grande mi mama me dijo que él nunca tuvo las cosas que yo tuve en niño, y que desde niño su niñez había sido muy dura.

       Antes de cumplir los siete años, mi padre compro una casa muy lejos, eso no fue algo que me agrado, ya que estaba muy acostumbrado a toda la vida de un príncipe en la mansión de mi abuelo, el hecho de pensar también desvincularme de él iba a costarme demasiado, porque yo amaba a mi abuelo.

       Yo era una de las debilidades de mi abuelo, él siempre estaba conmigo, éramos muy grandes amigos, y era el aprendiz de muchas cosas que el enseñaba, siendo que para él era un niño travieso que no se quedaba quieto y que quería destruir sus reliquias jugando.

       Recuerdo aquella última vez que estuve con él, mientras me mostraba unos videos de las visitas que hizo en Egipto, yo lo vi sentado mientras que yo me hallaba en el suelo observándolo y en pocas ocasiones viendo el video.

       Llegamos al nuevo hogar, y al parecer todos los cuentos y misterios que vivía con mi abuelo, se terminaron, me levantaba por la mañana y ya no encontraba las cosas como antes, extrañaba a mi abuelo día y noche, hasta que fue cuando comencé a sociabilizarme con los demás del barrio, entablando amistades de niños de mí misma edad, me sentía muy extraño, ya que siempre mi mejor amigo era un hombre mayor de pensamientos rectos, al empezar a conocer más y más amigos, llegue a conocer a una joven llamada Sofia, que sus padres me adoraban, siempre esa casa tenía una fragancia particular, que fácilmente estando vendado podía reconocer, amaba estar ahí, y era uno de mis refugios cuando mi mama y mi papa tenían problemas, ya que mi padre era una persona muy problemática, machista y orgullosa, no le importaba hacerle daño a los demás, yo siempre tengo presente aquellos momentos en los que personas lo buscaban para pegarle, el ambiente en el que me hallaba no era el mismo, problemas que antes no estaban o no se veían, fueron agravándose, siempre venían a mi mente las palabras de mi abuelo, El mundo real no es una fantasía, pero la fantasía está en lo que puedes imaginar con tu mente…

       Extrañaba demasiado a mi abuelo, extrañaba demasiado ese lugar al cual yo me sentía muy seguro, extrañaba la ensalada de fruta que él me tenía preparado todos los días, como así también las grandes enseñanzas que aprendía en las clases de filosofía en el tercer suelo de la mansión. No tenía mi traje de Power Ranger porque al usarlo tanto en la mansión o en la ciudad y no querérmelo sacar, mi mama había ideado un plan cuando me baño para hacerme creer que se perdió, fue gracioso siendo grande escuchar eso, pero no fue gracioso para mí en ese momento por los llantos que di. Tenía demasiados juguetes, que con el pasar de los días se fueron perdiendo uno por uno, al parecer me los iban robando de a poco hasta que me dejaron sin nada con que jugar.

       Mi abuela la madre de mi mama, apareció para residir con nosotros, ella era una mujer muy educada, muy recta en cuanto a su carácter, amaba la limpieza y lo que siempre me llamo la atención es que su delicadeza mostraba lo refinada que era en sus actitudes, ella venia de ancestros franceses, y por ello vivía de tal forma que con tan solo mirarla sabíamos que algo no estábamos haciendo bien, fue una excelente abuela, y de por si dedicaba parte de su tiempo para enseñarnos modales, recuerdo que cuando visitaba su habitación, siempre podía oler tal aroma que era imposible de compararlo, no comprendía como habían personas que en ciertos lugares de su casa o a donde iban se sentía ese aroma que siempre te hace saber quiénes son, en cambio mi abuela tenía dicho perfume que hasta el día de hoy podría reconocerlo. No olvidare los momentos en que entraba a su habitación, y tras esconderme debajo de su cama para jugar, observaba antes de entrar ahí un cuadro que estaba en el centro del armario, justo enfrente del espejo, yo teniendo celos de niño cambie la foto de mi primo que estaba junto con Mickie Mouse, y puse mi foto,  para mí era irritante que todas las veces que entraba al cuarto de mi abuela, ya se hallaba de nuevo la antigua foto, hice por largo tiempo lo mismo, sacar la foto y ponerme a mí, hasta que un día ya me canse de hacerlo, será que con mi abuelo me acostumbre a sentir siempre toda su atención en mí, cosa que ya no me pasaba.

       Algunas cosas que viví, siento como si las hubiera visto a la altura de un padre, era como si fuera yo el autor de mi propio mundo, controlando con mis sentidos distantes el ser que yo era. Nunca olvidare el día en que mi madre decidió irse de nuestra casa, ella estaba harta de la infidelidad de mi padre, como también de muchas cosas más a la cual ella confrontaba por él, mi padre antes de que nos fuéramos, golpeo a mi mama, y yo recuerdo ese momento, recuerdo que me colgó de él y comencé a morderle, gritando que dejara a mi mama en paz, tenía tan solo 6 años, cuando ocurrió eso, cuando ya estábamos saliendo de la casa con pequeñas cosas, él dijo a mi mama que ella sin él se moriría de hambre, y que seguro que volveríamos arrepentidos a implorarle lugar, pero no fue así, muchas cosas que mi padre pensó e hizo no tenían los resultados que él quería.

       No olvidare jamás la mirada de mi madre ese día cubriéndose los ojos, a pesar de que ella me negó que mi padre le pego, yo no negare que mis ojos lo han visto hacerlo, y no hare oídos sordos a lo que nos dijo ese día, de que nosotros sin él nos moriremos de hambre y que volveremos rogándole que nos permita vivir con él. Muchas veces muchas palabras quedan grabadas en el subconsciente de uno, en los momentos más trágicos, esas palabras son como cicatrices no visibles a los demás, pero si a nosotros mismos.

       Toda esta situación me afecto, de modo que siendo niño conocí la miseria desde otro punto de vista, siendo niño yo y mi madre no sabíamos a donde ir, y si parábamos en la casa de algún familiar nos sentíamos muy incómodos, porque no nos sentíamos libres de tener nuestro lugar y nuestras cosas, un amigo de mi madre llamado Eduardo nos llevó a un lugar llamado San Pedro, yo siendo un niño que le gustaba jugar, no tenía lugar ni personas con quien hacerlo allí, me sentía muy aburrido y a pesar de jugar con un adorno que estaba por arriba una mesa de luz, era el único juguete que tenía para mí, una caja de plástico con un barco blanco con agua de un color azul muy intenso, cuando había salido al fondo de la casa del amigo de mi madre, encontré un huevo entre el montículo de tierra con pocos pastos, y sabiendo que la gallina tenía pollitos por este huevo, fui a cuidarlo entre mis cobijas, esperando día a día que renazca un pollito que sea mi compañero fiel. 

       En fin el pollito nunca nació, y ante eso mi mama creo que fue quien lo puso a hervir para que lo comiéramos, yo no quería comer algo que me había esforzado por querer tenerlo como amigo, me sentiría un criminal:- dije a mi madre .Pasaba horas callado y triste y me daba miedo preguntar a mi madre muchas dudas, pasaba la mayor parte del tiempo con ella y mientras yo estaba sentado o acostado ella limpiaba la casa con continuidad, a pocos días llego la gran noticia que mi mama alquilaría frente de la casa de mi tía, y al momento de vivir ahí, sabía que tenía a mis primos y que eso de seguro podría despejarme un poco, Eduardo me había regalado una pista muy grande de autos, que le regalaron sus padres cuando era niño, yo con eso jugaba el tiempo libre, miraba los autos y cuando Eduardo llegaba, yo hacía carreras con él. Paso el tiempo y nos fuimos a vivir con mi mama a donde hoy en día vivimos actualmente, este lugar puede describir miles de sucesos, como así también muchos son testigos de mi crecimiento. Cuando entramos a la casa, esta se encontraba sin luz, sin agua, y sin gas, sus paredes eran solo de ladrillo hueco, el baño era el único lugar que tenía cerámicos en el suelo. 

       Las cosas comenzaron a cambiar, nos sentíamos más libres e independientes, a pesar de no tener nada, eso nos llevó a tenerlo con el tiempo, mi madre comenzó a trabajar y yo corría tras el fondo para llegar hasta una plaza que era el centro de atención de todo niño a jugar.

       Mi madre abrió un almacén por el cual Eduardo le había ayudado, mi madre me enseñaba en la manera en que tenía que atender, en ese tiempo teníamos lo que muchos necesitaban, eso nos ayudó a poder obtener pequeñas cosas como pagar la luz, el gas, y tener para nuestros alimentos,

yo guardaba en mi mochilita roja muchos caramelos que eran del negocio, y los comía solo en la plaza, me costaba verlos y no comerlos, era niño y no sabía bien lo que hacía, pero con el pasar de los días deje de hacerlo, porque mi madre supo que yo guardaba eso en mi mochila y me reto.

       Comenzó a venir las épocas de tribulaciones, en la que el negocio no marchaba bien, muchas cosas de las que los demás buscaban no teníamos, y fue muy difícil de sobrellevar este negocio adelante, muchos en el barrio me conocían, como en niño del kiosco, porque mi madre comenzó a trabajar en un súper de mi Tío, y yo me encargaba de atender con lo poco que tenía, trataba siempre de adornar bien el negocio para que quedase muy lindo al momento en que llegaran los clientes, muchas veces los colectiveros me pedían que le hiciera sándwiches de jamón y queso, y yo les preparaba y le dejaba listo para cuando viniesen a buscarlos.

       Comenzó una época en la que ya no teníamos nada más que vender, muchas de las cosas que quedaban, era utilizadas para la cocina, el negocio se cerró por un tiempo, de modo que hubo muchas complicaciones desde entonces, la comida no sería de la misma cantidad, mi madre tenía que pagar muchas cuentas, de modo que ella me decía eso reiteradas veces al momento de decirles porque comemos siempre lo mismo.

       Estoy muy agradecido a la escuela cerca de mi casa, llamada n° 243 provincia de Misiones - (La Cañada), de haberme dado de desayunar y almorzar, no me quejaba de esos guisos y esos mates cocidos que me daban todos los días, y con el tiempo a pesar de las pocas cosas que comía en el día; mi madre, me enseño que era la manera en la que nosotros teníamos que sacrificarnos para poder salir adelante, muchas veces mi madre no comía, y lo que ella podría comer me lo daba a mí, llegaba las fiestas y observaba como los demás tenían regalos de los cuales yo ya no tenia, y cuando le preguntaba a mi madre porque no los tenía, ella me respondía de la misma manera, que no había dinero para comprarme lo que yo quería, porque teníamos otras prioridades que pagar, y me dijo también que pronto

Saliera de las deudas me regalaría lo que yo quisiese, para mi cumpleaños ella me regalaba tan solo un par de zapatillas, que las llegue a usar por más de 2 años, porque las cuidaba mucho y además tenía que yo lavarlas a mano, porque mi mama me dijo que era algo que yo debía de hacerlo no ella , me crie en las cosas que siempre tuve desde niño, y ahora me tocaba saber apreciar las cosas que tengo, para así valorar más a fondo el alimento que tenía día a día, se lo que es ilusionarse en tener algo, se lo que se siente comer durante muchos meses la misma comida, a la que ya uno no le siente sabor, antes me avergonzaba de lo que era, pero hoy me siento privilegiado de la pobreza que pase, y de las cosas que aprendí y sigo aprendiendo.

       Aun quisiese que mi padre estuviera vivió, para que él viera los principios que vivo hoy en día, ya que muchas veces me menos prestigiaba diciéndome que nunca lograría nada en la vida, no espero ser alguien famoso ni ser destacado, pero si espero lograr plasmar por escrito los escenarios de grandes sucesos que yo diseñe.

       Hay muchas cosas para hablar de mi vida, y muchas de ellas no llegaran a ser escritas completamente aun en esta biografía, fui humillado muchas veces ante muchas personas, pero hoy soy un hombre imperfecto que ha creado una historia que mi mente la subvenciona valiosa, acuérdese que su mundo está escrito bajo su mano, no hay hecho más importante en el universo, en el que se hayan descripto los acontecimientos que ojo todo lo vio y oído todo lo escucho. los invito a ustedes a poder escribir sus vidas, a plasmar ese magnífico mundo de aventuras el cual añoraron por soñar, hay un don que se le ha otorgado a cada uno de ustedes desde el inicio de todo, que va más allá de lo que el hombre puede conocer, a menos que ustedes plasmen sus mentes por escrito, ustedes son el registro viviente de lo que el hombre no puede propasar, ni conocer.

       No dejen que nadie menos prestigien sus talentos o habilidades, yo nunca pensé en hacer un libro, esto me surgió a comienzos de los 15 años, fue el primero de marzo, cuando al soplar las velas y pedir unos deseos, se me vino a la mente algo que me dijo que comenzara a escribir un libro que tenga que ver con apocalipsis, yo mismo me sentí confundido, ya que era muy malo en literatura, no me veía facultado para hacerlo, pero ya pasaron 12 años, y no he dejado de hacerlo, escritor es quien dedica todos sus días a la lectura y quien da lo mejor para el beneficio de los que lo leen, no importe los grandes o pequeños errores que tengan al iniciar, lo que importa es la voluntad de dedicarle tiempo a ello, recuerden que todos somos capaces de abrir la puerta a un mundo que el hombre no conoce, este libro les autoayudara a que puedan ver un mundo que muchas veces le rodean y no pueden ver, un mundo que silenciosamente habla a la mente y redirecciona las decisiones de los demás.

       Ahora muchos se preguntarán cómo puede ser que un libro como este tenga tantas cosas que pueden sorprender al lector, primero les diré que yo siendo un niño no tenía dichos conocimientos, tales vinieron con el tiempo como si alguien me hablara al oído y me dijera cosas, yo solo era quien tenía que escribir todo lo que venía a mi mente rápidamente antes de que lo olvidara.

       Muchos me decían ¿Tu escribirás un libro? Y se reían de mí, porque no creían que fuera capaz de escribir un libro por la mala ortografía que tenía y el poco conocimiento que tenía en muchas cosas, tuve un problema desde chico que eso me llevo a tener un proceso muy lento de aprendizaje, a la edad de 18 años todas cosas que aprendí fue lo que ya tendría que hace muchos años atrás, muchos se burlaban porque no tenía mucho conocimiento de las cosas de mi país, o de ciertas cosas que todos sabían excepto yo, pero por más de eso, esas ideas no dejaban de venir a mi mente, y las escenas eran constantes películas al cerrar mis ojos, todo lo que escribí y lo que me imagine fue producto de mi imaginación, no hubo cursos, ni charlas, ni otras cosas que me dieran pulso a seguir puliendo mis cosas, solo yo las hice al momento que encontraba mis errores, cada vez mi mente me decía lo que era necesario para emplear en mi libro, y a pesar de que hoy en día hice una historia de Ciencia Ficción, no dudo que muchos pueden lograr hacer lo mismo.

       A la edad de 19 años después de tanto esfuerzo, logre comprender que mi libro necesitaba un lugar en donde se desarrollen las historias y personajes, desde luego invadió mi mente el recuerdo de la gran mansión que tuvo lugar a donde mi abuelo residía, eso me motivo a que pudiera establecer el nombre de Misterios de Mansion Bretford a mi libro.

       Cuando tenía 13 años, recuerdo ese duro momento en que vi caer la mansión de mi abuelo por la codicia de mi padre, observe como las cosas que tanto amo y cuido fueron llevadas a la perdición por la mente de un hombre que no apreciaba lo que mi abuelo había cosechado en tantos años.

Triste de ver desmoronarse el lugar en el cual yo residí desde niño, no desmorono los recuerdos inminentes de mi mente, y no dudo que en ese lugar por más cosas que se edifiquen, quedaran grabados en él, las vivezas por donde yo camine.

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