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El Postrice de los Juramentos
Yahvé estando a la puerta del Rejado se acercó de costado y comenzó a hablar diciendo: - He aquí, yo estoy a la puerta y os llamo; y si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrare y cenare con él, y el conmigo
Apareciéndose dos ángeles de ojos cristales y cabello blanco dijeron: - Que promesa tendréis para daros a quienes ingresan por la puerta. -
Yahvé contesto: - Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he de vencer la caída, me sentare junto con mi Padre en su Trono, y si alguno tenga oídos, oiga las promesas de un Redentor
Uno de ellos dijo: Redentor nuestro, ahora permite que Bretford Dedique este suelo para tus primeros moradores. -
Entonces Yahvé dijo: - ¡Que Proceda!
Adán y Eva mientras estaba de frente a los rejales, escucharon una voz que se expandió por toda la mansión que decía: - Te rogamos , Oh Eterno, que tus siervos salgan de este suelo armados con tu poder, y que tu nombre este sobre ellos, y los rodee tu gloria, y tus ángeles los guarden, y que de este sitio lleven este conocimiento pleno del evangelio a los puros de corazón hacia los cuatro cabos de la tierra, a fin de que sepan que esta es tu obra y que has extendido tu mano para cumplir lo que has hablado por boca de los profetas tocante a los últimos días. Te pedimos, Padre , que establezcas al pueblo que adorará y honorablemente retendrá un nombre y una posición en esta tu casa, por todas las generaciones del tiempo y por toda la eternidad; que ninguna arma forjada en contra de ellos prospere; y que caiga en su propias trampas aquellos que luchen por destruir tu obra, que ninguna combinación inicua tenga el poder para levantarse y vencer a los de tu pueblo, sobre quienes se ponga tu nombre en este lugar; y si se levanta contra este pueblo gente alguna, enciéndase tu enojo en contra de ellos; y si hieren a este pueblo, tú los herirás; defenderás a tu pueblo, como lo hiciste en el día de los desterrados, para que sean librados de las manos de todos sus enemigos. También te rogamos, que confundas, asombres, avergüences y llenes de confusión a todos los que han esparcido calumnias por el mundo en contra de tus siervos, a menos que se arrepienten cuando se les proclame el evangelio sempiterno a sus oídos; y que todas sus obras sean desmenuzadas y arrolladas por el granizo y por los juicios que mandarás sobre ellos en tu ira, para que se dé fin a las mentiras y calumnias en contra de tu pueblo.
Entonces al finalizar esta oración dedicatoria, se escuchó otra voz suave y apacible que dijo: - Que entren. -
Abiertas ya los rejados, ingresaron dejando su calzado antes de subir por el primer escalón, Yahvé subiendo siete peldaños dijo al estar junto con esos Ángeles de túnicas blancas y brillosas: - He aquí, él es Aaron y él es Melquisedec, y os darán vestimentas sagradas para que entren a la luz del Altísimo, siguán sus instrucciones. -
Despojándose ambos de sus vestiduras terrenales, se le otorgaron vestiduras blancas como la de ellos, y se les dijo después de sus lavamientos y unciones que ya estaban listos para estar en la morada de los puros de corazón, caminando los condujo a donde estaba un Altar en donde había otro Ángel al cual Yahvé llamo Elías, mirándolos dijo: - He aquí, a quien veis es a quien en la carne sera llamado Elías el profeta , yo le he de otorgar el sacerdocio en su juventud, para poseer Las llaves de Pontifizas ,que servirán para unificarlos en matrimonio. Antes de la venida de mi gran y terrible día, el plantara en el corazón de tus hijos; las promesas que fueron hechas a vuestros primeros padres. Y el corazón de los hijos se volverá hacia sus padres, y el de los padres, hacia sus hijos, de no ser así, toda la tierra sería totalmente asolada a mi venida. El en los postreros días, es quien ha de unificar a las naciones, por medio de mi poder, para que las maldiciones de muchos sean quitadas de la faz de la tierra en los últimos días,
Entonces después de que Yahvé hablo, El Eterno pidió a la joven pareja que se arrodillaran de frente en el Portrice de los juramentos, y los unió en casamiento frente a los testigos que los invistieron con poder de lo alto. Decretando las promesas más ennoblecedoras, que nadie podía describirlas en su dialecto humano.
Adán y Eva cerrado los ojos, se concentrado en las palabras más solemnes y leales que impartían la eternidad, de modo que cuando abrieron los ojos vieron que estaban rodeado de una gran multitud, la cual ninguno podía contar, vestidos de ropas blancas, diciendo: - Ahora han venido la salvación, y el poder, y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque el Acusador de nuestros hermanos ha sido arrojado, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche será. -
Adán mirando al Padre le pregunto: - ¿Quiénes son ellos?
Entonces Yahvé respondió: - Ellos serán tus hijos en la carne, y le vencerán a Satanás, por medio de mi sangre y de la palabra de su testimonio, y no amaran sus vidas, ni aun no les importaron sus vidas, ni aun así hasta aceptar sufrir la muerte. -
Habiéndose desvanecido todo en un abrir y cerrar de ojos , vieron que estaba de nuevo en el mismo lugar y habiendo Yahvé colocado las cifras claves del Esfergulo de Dicromancia, saco Los 6 arcos de Sacramantas, y extrajo por dentro los 2 anillos de oro que se les entrego a ellos en su mano que estaba por encima del “El Portrice de los Juramentos” y habiendo sido sellados por tiempo y eternidad, declarándose el uno al otro los juramentos fidedignos, fueron desde ese entonces una sola carne, ofreciendo en el altar una ofrenda de un amor eterno.
Pasando ellos al siguiente lugar, se le dio un Cáliz por manos de un Ángel al cual no se le dio a conocer su nombre, y luego junto con eso se le entrego una piedrecita blanca, y la voz de este ángel dijo: - El que tenga oídos que oiga, al que venciere, le daré a comer del mana escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita blanca un nombre nuevo escrito, el cual ningún conoce sino aquel que lo recibe.-
Inclinados Yahveh puso sobre Adán y Eva la vara de Ornamenta y le concedió poder para engendrar de gran manera decendencia sobre la faz de la tierra, hasta que sus días culminen sobre ella, y mientras esto dijo: - A tus hijos que vencieren los diez días de la tribulación, le daré a comer del Árbol de la Vida, el cual está en medio del paraíso de Dios y le Coronare de la misma manera en la que fuisteis coronados en el jardín de Edén , y el que venciere, no recibirá daño de la segunda muerte. Yo soy el que escudriño la mente y el corazón; y daré a cada uno de vosotros según sus propias obras. Y al que venciere, y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré potestad sobre las naciones; y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero, como también yo la he recibido de mi Padre. Y le daré la estrella de la mañana, el que tiene oído, oiga y el que tiene juicio en su propio corazón no tema. -