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Sátiros Cazadores de Encausers
-Que recomendaciones me das para sobrevivir a esta invasión. - le pregunte
-Aprende a no dormir, tendrás que moverte durante la noche, el día es el peor enemigo nuestro, evita cualquier distracción, no confíes mucho en las apariencias, tú puedes ser víctima de muchos Encausers. - Doctor
-¿Encausers? ¿Quiénes son ellos? - le pregunte
-Los Encausers, son los cazaron de los infectados, ellos secuestran astutamente a quienes buscan ayuda, y los conducen a la muerte, son personas peores que los infectados, porque se gozan de ver la agonía de sus víctimas, este mundo ya está perdido, aprende a sobrevivir, hasta que llegue el fin de los días. -
En ese instante aparecieron dos combatientes, y le dijeron al doctor que se apurara, porque teníamos que irnos de ahí. Éramos casi como 98 personas, muchos de ellos eran jóvenes, el joven que le pregunte sobre que era la enfermedad, estaba mareado y vomitaba por los nervios, habiendo ya el pasado la prueba, no lo fusilaron porque sabían que eran síntomas de nerviosismo, al acercarme a hablarle le pregunte, que era lo que le causaba esos síntomas y el me respondió: -
-En muchas ocasiones, he tratado de escapar de esta pandemia, que, perdido a toda mi familia, ahora estoy solo, corriendo por mi vida, siento ahora que toda la felicidad que tuve en su momento se desvaneció en una noche, uno nunca sabe quién de nosotros sobrevivirá, o que estará dispuesto el otro a hacer por su vida, al parecer la amistad no funciona en esta instancia. - dijo el joven
En cuestión de segundos, se escucharon gritos, y los combatientes dijeron que teníamos que correr, porque un grupo de ellos que estaba en una estación fueron muertos, y otro grupo viene en camino, pero no creen que van a sobrevivir, todos estaban enloquecidos, la desesperación paralizo a algunos, imponiéndose de alguna forma a continuar, otros ya nos habían abandonado al escuchar que nos fuéramos.
Todos estábamos corriendo, en la oscuridad, algunos de los que cayeron fueron muertos por ser pisados por quienes sin importar quería salvar su vida, habían familias que se quedaron a esperar la muerte, ya que no querían abandonar los cuerpos de quienes amaban, otros al ver a quienes tropezaban y no podían seguir, lo ignoraban haciendo caso omiso a sus lamentos de ayuda, cuando quería volver por ellos, la multitud que me golpeaba me impedía retroceder para ayudarles, además la oscuridad misma era el escenario de nuestra propia muerte, ya que nadie sabía quién dañaba a quien . Llegamos todos a la estación y viendo la manera de salir, los nervios de muchos llevaron a que se dispersaran, eso fue algo que me causo angustia, ya que no sabríamos si de la nada podría uno de ellos recentrarse con nosotros, y darnos con la sorpresa de que ya está infectado, no podíamos estar separados el uno con el otro, ya que eso y los ruidos extraños en los pasillos o pasadizos, podían hacernos saber si había algún intruso merodeándonos, los combatientes dijeron que a quienes no le seguían, si les encontraban en el camino de nuevo los fusilarían, de modo que muchos hicieron caso omiso a eso, ya que no median las consecuencias por la desesperación, el lugar era tan grande, que si nos descuidábamos podríamos perdernos, habían demasiadas escaleras, y pasillos, en un momento dos jóvenes que se apartaron de nosotros, pasaron corriendo por una parte en la que se conectaba con la de nosotros, los combatientes lo mataron, por haber desobedecido sus órdenes.-
Cada vez los pasillos de los trenes eran más y más lúgubres, llenos de sangre y restos humanos, los combatientes y militantes se lamentaban porque los que le seguían no tenían armas y así también porque a poco de ellos estaban a punto de quedarse sin municiones.